La felicidad no se mide, no se puede contar, no me digan en el mundo, que con un poema o una ecuación te puedo descifrar el amor, no se puede, por que simplemente va mas allá y vos yo lo sabemos, me estoy alargando y no quiero eso. Te acuerdas del beso, si de la pausa y la gramita, del momento cuando detuvimos el tiempo y le pedimos prestado a esa noche unos minutos, todavía les debo, digo "les" por que como caballero no puedo incluirte en esas deudas. Al fin, vale mas el asombro, si el asombro negra, ese de cada beso, por que siempre he creído (y se me acompañas en esto) que cada beso vale un suspiro, como quien descubre una nueva guarida, una especie de cueva del guacharo, así criollita, para que se apegue a la piel y la sangre, que amarra y desmalla (eso ultimo en mi caso). Puedo decir que no tengo al momento mas que palabras para agradecerte, esto de la comprensión, el tiempo y el amor, pero es que tener mas que palabras sería falso, el cuerpo podrá tener mil y un cubiertas, el amor y la verdad, aire en el pecho y letras.
Te amo, negra.