Me he purificado, ya se quien eres, conozco tu habitación, la fuente, la ducha de cerveza donde aclarabas el cabello, he aprendido a verte en las mañanas, saber que no me recuerdas, sabernos a fábula; como nos encanta jugar a la literatura, ser personajes sin nombre, de reparto, relleno de película.
Me tomabas fotos dormido para preservarme, me mantienes congelado en la esquina derecha del corazón, esa donde el sol no llega, por que tienes miedo de que mi enfermedad no tenga cura, que yo en persona sea un cáncer, me congelas para investigar, para aliarte a la ciencia, sabes que el arte en estos casos entretiene pero no sana.
Me pregunto ¿Cuando te iras de mi cama? quiero quitarme las cuerdas de las manos, dejarme morir tranquilo, ver la ventana sin tu silueta, sin tus tetas y la espalda manchada.
Nunca supe recorrerte, perdí tu mapa, pero se quien eres, se perfectamente quien eres, la receta es sacarte de la casa, bajar contigo cual agua por la escalera, inundar la entrada con gritos, con desprecios.
Estúpidamente eso solo pasa en los sueños, no puedo hacértelo, si me sonríes con mas de doce caras, tienes un poco de cada una, de cada gota de pasado, de sus arquetipos y orgasmos, de mi piel, mi saliva, mis ansias.
Me tienes miedo por que conozco tu truco, se que atraviesas las paredes, algún día podre comprobarlo y venderé la noticia a un diario, como señal de transito quemare el dinero y me quedare con el tesoro de no tenerte en casa, de poder des congelarme, de salir corriendo.
sábado, 22 de octubre de 2011
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