Manual para una novela

Capitulo I

Ya encontré el amor, esta ahí, cuando te despiertas a las siete los días de semana y me invitas a jugar a la vieja, a llenar crucigramas con los talones en las sabanas, a escoger la mejor entrada a mis piernas, flacas y frías, no entiendo que tanto buscas en ellas, el echo es que me investigas a diario y me disfrazas de ratón de laboratorio, del ratón mas afortunado, por que te tiene de científica, de medico y enemiga. Sí de enemiga, por que pobre de mi cuando me pones a correr en la rueda, y sabes que corro creyendo que llegare a otro lado, pero la rueda es estática y me confundes cambiando el papel de las paredes, sabes que los ratones somos tontos pero yo lo acepto por esa mirada y los almuerzos, que mal que bien nos quedan buenos. Siempre me pregunto, ¿Como me soportas? tener al lado a un intento de escritor, no debe ser fácil, con todas las idioteces que te comento a diario, eso sin sumar que me dejas moldearte la piel con las ideas, comprobar teorías, como esa tarde cuanto te empece a unir los lunares con el lápiz, por que una amiga fotógrafa me comento que es posible, que tenemos mapas en el cuerpo, que son muchas fronteras por cruzar y todavía nos cuesta salir de la capital, cerrar los ojos y emprender el vuelo.
Lo importante es que compre los boletos y tu me dejas pasar veranos enteros recorriendo te, ya ves, a fin de cuenta el turismo y la ciencia nos van bien, con todo y mi temor a las agujas y el tuyo a los aviones.

¿Ya te despertaste?
-Dame cinco minutos, que hoy no trabajo.
Quiero escribir una novela
-Describir no es tu fuerte, mejor dame un abrazo que te queda mejor lo poeta.
Bueno.

Medio tiempo

Tomarme el tiempo libre
expandir el universo
escribir poesía, que parezca poesía
irme a Buenos Aires, seguir la fiesta
pararme sobre las manos
hacer equilibrismo en tu baño
dejarme caer los ojos, confiar en la risas
copiarme las canciones
inventarme a los genios, botar los deseos
estafar al sistema
las luces blancas son insípidas
volverme a conocer
escribir poesía, que parezca poesía
dejar de creerme artista, empezar por no tomarte enserio
cambiar los bolívares, gastar la plata.

Del amor y sus tormentas

-Ten calma, vente a acostar que ya es tarde.
-Jódete tu y tu calma, trabaje todo el día, no me dura la plata y ya no se puede caminar en la ciudad, NO SE PUEDE CAMINAR EN LA CIUDAD.
-¿Y si caminas sobre mi?
-Dale.
-Con cuidado que esta mojado.
-Déjame buscar el paraguas.