Hoy conversamos y jugamos a dos seres
unos con pena y otros con miedo
siendo los dos pasado perplejo
hoy tomamos las manos con deseo
se olvida la gasolina de cobrarnos
el cuerpo mas que un puente
se olvida la barra y cada cuanto te veo
José Miguel Fernández
lunes, 28 de junio de 2010
viernes, 25 de junio de 2010
Living Room
Felicidad, putita
ven y acuestate conmigo
que si olvido tu presencia en el cuarto
le abro la puerta a la otra
al fín y al cabo
tu como nadie sabes que ella me cobra mas barato
José Miguel Fernández
ven y acuestate conmigo
que si olvido tu presencia en el cuarto
le abro la puerta a la otra
al fín y al cabo
tu como nadie sabes que ella me cobra mas barato
José Miguel Fernández
martes, 15 de junio de 2010
Escriba un titulo
Entre trompetas de swing
Garbos y gritos de armonía su nombre
Tumba, que tumba rumba
Esta allí, retumba
Suena el coro, suenan las lágrimas
Suenan las cuerdas desdén de la forma
Y este pobre y grande bolígrafo
Desangra su tinta, su cotizada marca
Usemos corona al leer esto
Perdamos la humildad
Perdamos, ya no cuesta ganar
Las medallas son chocolate
A un peso, a un dólar, a uno
Al momento lo escucho
Al momento hasta soy vos
Feliz de esto se esta
El poeta se ríe de la canción
El poeta baila su rima
Ya sin ritmo cuéntale Cecilia
Ya estamos más altos
Ya somos modernos
Ya somos dos
José Miguel Fernández
Garbos y gritos de armonía su nombre
Tumba, que tumba rumba
Esta allí, retumba
Suena el coro, suenan las lágrimas
Suenan las cuerdas desdén de la forma
Y este pobre y grande bolígrafo
Desangra su tinta, su cotizada marca
Usemos corona al leer esto
Perdamos la humildad
Perdamos, ya no cuesta ganar
Las medallas son chocolate
A un peso, a un dólar, a uno
Al momento lo escucho
Al momento hasta soy vos
Feliz de esto se esta
El poeta se ríe de la canción
El poeta baila su rima
Ya sin ritmo cuéntale Cecilia
Ya estamos más altos
Ya somos modernos
Ya somos dos
José Miguel Fernández
viernes, 11 de junio de 2010
Mensajería Instantanea
Tu me ves hoy, yo te vere mañana ya que cuando abra los ojos, serán mas de las doce, serán dos tiempos, el de ayer que fue tuyo y el de hoy que por error tomé, quizas y sea para mí , para ambos, para dos.
José Miguel Fernández
José Miguel Fernández
Revés
Bonita noche esta de revés
Tú arriba tocándolas de cerca
Yo abajo perdiendolas tan lejos
De mucho sonido nace tu vos
Ahí parada, recostada al pretil
No de puente, no de ensueño
Solo ahí
Tú arriba lanzándote, retando al globo
Con esa voz precisa que divaga tanto
¿Y tus guantes?, porque existe ese miedo
Te comprendo no es contaminarse
Ni reírse, es ser maga
Tú arriba, los guantes, el sombrero
Que noche de revés
Mientras el circo se amplia con migajas
El centro de esta ciudad se basta de hambre
Yo abajo, estando arriba
Tú arriba estando tan por debajo de mi mano
Que sigue arriba tomando aire
Intacta de esta agua que persiste en ahogarnos
Que noche de revés
Yo que tanto recojo esas migajas con mis pupilas
Tu que las manejas al gusto de la vara
Esa de color rojo tostado, con la que expeles silencio
Y haces tanto ilusionismo
Mojándome el rostro a lluvia salada
Que noche de revés
Ya este pretil aspira tu humedad
Y mi mano te rechaza, se sede al agua
Termina de enterrarme sin suelo,
Sigue tu papel de nómada mágica
José Miguel Fernández
Tú arriba tocándolas de cerca
Yo abajo perdiendolas tan lejos
De mucho sonido nace tu vos
Ahí parada, recostada al pretil
No de puente, no de ensueño
Solo ahí
Tú arriba lanzándote, retando al globo
Con esa voz precisa que divaga tanto
¿Y tus guantes?, porque existe ese miedo
Te comprendo no es contaminarse
Ni reírse, es ser maga
Tú arriba, los guantes, el sombrero
Que noche de revés
Mientras el circo se amplia con migajas
El centro de esta ciudad se basta de hambre
Yo abajo, estando arriba
Tú arriba estando tan por debajo de mi mano
Que sigue arriba tomando aire
Intacta de esta agua que persiste en ahogarnos
Que noche de revés
Yo que tanto recojo esas migajas con mis pupilas
Tu que las manejas al gusto de la vara
Esa de color rojo tostado, con la que expeles silencio
Y haces tanto ilusionismo
Mojándome el rostro a lluvia salada
Que noche de revés
Ya este pretil aspira tu humedad
Y mi mano te rechaza, se sede al agua
Termina de enterrarme sin suelo,
Sigue tu papel de nómada mágica
José Miguel Fernández
jueves, 10 de junio de 2010
Arena
No te conocía ese labial
Ese de calle, de piedrecilla, de asfalto
Lo habrás robado quizás
Ya me robaste a mí
Lo hiciste sin arma previsible
Toda palabra, toda tú
Los besos ni rojos quizás
Ni en los bancos quedan rastros
Ni tú pelo
La gorra la cambiaste a hombre
No te llevas bien con eso
Eso femenino, no podías con la boina
Aquí ya son de piedra, de escudo
Tu tierra santa no surgió efecto
Te quitaron maquillajes
Las putas te envidian
Es que les robas todo, les quitas hasta la pared
Siempre me gritas: ya no se sirve el té a las seis
Las galletas saben a tierra
Ya no son de piedra, ni asfalto
Ni tus labios de arena
José Miguel Fernández
Ese de calle, de piedrecilla, de asfalto
Lo habrás robado quizás
Ya me robaste a mí
Lo hiciste sin arma previsible
Toda palabra, toda tú
Los besos ni rojos quizás
Ni en los bancos quedan rastros
Ni tú pelo
La gorra la cambiaste a hombre
No te llevas bien con eso
Eso femenino, no podías con la boina
Aquí ya son de piedra, de escudo
Tu tierra santa no surgió efecto
Te quitaron maquillajes
Las putas te envidian
Es que les robas todo, les quitas hasta la pared
Siempre me gritas: ya no se sirve el té a las seis
Las galletas saben a tierra
Ya no son de piedra, ni asfalto
Ni tus labios de arena
José Miguel Fernández
Notas de Tesis
Como pocos días de estos meses
Tuve la ligeresa de recordar que escribo
Me burle de mis manos
Decidí antes de que vieran mis pupilas el amanecer
Tomarme un respiro, retomar las páginas
Leí sobre como al ser humano
Era sano y vital no concentrarse
Recobraba la riza, que aunque
A sonidos nunca se fue
Estaba un poco sedada
Todavía digamos que esta en cama
No le han dado de alta
Pero no seré cabizbajo
Ya ella recobrara la conciencia
Me levante por un segundo
Le dije que no al eterno conformismo
Les reclame con un ligero humorismo
Poco practico
Les aclare que no quería nada de números
Sobre aquellos olvidados cuadros
Los tome por sus oídos
Jugué a palabras de un amigo
El papel de sofista
Llegue a casa dos minutos
No más
Ya el paladar sufre
Calenté mis manos
Aburrí hasta la ultima letra del poder
Todo por complacencias y mero método
Me enliste, sude un tanto
Mama llego, grito mi nombre
Cómicamente, al menos lo veo así
Olvide que iba a escribir
José Miguel Fernández
Tuve la ligeresa de recordar que escribo
Me burle de mis manos
Decidí antes de que vieran mis pupilas el amanecer
Tomarme un respiro, retomar las páginas
Leí sobre como al ser humano
Era sano y vital no concentrarse
Recobraba la riza, que aunque
A sonidos nunca se fue
Estaba un poco sedada
Todavía digamos que esta en cama
No le han dado de alta
Pero no seré cabizbajo
Ya ella recobrara la conciencia
Me levante por un segundo
Le dije que no al eterno conformismo
Les reclame con un ligero humorismo
Poco practico
Les aclare que no quería nada de números
Sobre aquellos olvidados cuadros
Los tome por sus oídos
Jugué a palabras de un amigo
El papel de sofista
Llegue a casa dos minutos
No más
Ya el paladar sufre
Calenté mis manos
Aburrí hasta la ultima letra del poder
Todo por complacencias y mero método
Me enliste, sude un tanto
Mama llego, grito mi nombre
Cómicamente, al menos lo veo así
Olvide que iba a escribir
José Miguel Fernández
miércoles, 9 de junio de 2010
De cuadros
Si tú usas vestido a cuadros
Y yo como siempre aquí de rayas
Solo rayas de esas que no se mezclan
Una independiente de la otra
Arriba y abajo
Y tus medias rotas, limpias
Pero rotas
Las ame, eran mi guarida en ti
Cada callejuela, cada cueva
Los agujeros regalando placer
Los vinos no del sur
Estos para nadie, para la carne
Nosotros de los viejos, de mucho pie con madera
En la casa amarilla de la que ya no te ríes
Ya nos aburrimos de no cansarnos
De eso que llamamos voz
De fuego cerca de la barbilla
De hablar y escupir el alma
Así tan gris, de esas que aman el aire
Lo cómico es que no te vas
Te quedas sentada para conocerme
Por que no me conoces
Ni los cuadros, ni las rayas
José Miguel Fernández
Y yo como siempre aquí de rayas
Solo rayas de esas que no se mezclan
Una independiente de la otra
Arriba y abajo
Y tus medias rotas, limpias
Pero rotas
Las ame, eran mi guarida en ti
Cada callejuela, cada cueva
Los agujeros regalando placer
Los vinos no del sur
Estos para nadie, para la carne
Nosotros de los viejos, de mucho pie con madera
En la casa amarilla de la que ya no te ríes
Ya nos aburrimos de no cansarnos
De eso que llamamos voz
De fuego cerca de la barbilla
De hablar y escupir el alma
Así tan gris, de esas que aman el aire
Lo cómico es que no te vas
Te quedas sentada para conocerme
Por que no me conoces
Ni los cuadros, ni las rayas
José Miguel Fernández
martes, 8 de junio de 2010
Listas
Existen cartas que nuestra copa no reconoció
Las puedes cantar y cantar
Ganarte caritas muy fuertes
Con un bonus más te abrirán las puertas
Al entrar al recinto, me dicen
Lo esperaran todas en sillas a pierna cruzada
Y se reirán con burla y carcajada
Si así será señor no hay otra manera
Le dirán todo lo que al revés le contaron
Le dirán su pasado
Ya que el que piensa haber vivido
Es la cuenta regresiva de la mentira
Le lanzaran el vino sobre la corbata
Señor usted gano un viaje mas a la verdad
Cuando lance su última ficha
Reirán tanto, tanto
Luego lo sacaran con bailarinas y cotillón
Le brindaran fina champagne y de nuevo
Se burlaran de usted que siempre les dijo si
Usted que creía en el no hay problema
Por supuesto lo van a echar
Quedara con calzones de tercera sobre la acera
Y allí en ese instante
Redactara una bellísima lista negra u azul quizás
Tan cromática como la hipocresía
De la cual fue perro, amante y títere de recuerdo.
José Miguel Fernández
Las puedes cantar y cantar
Ganarte caritas muy fuertes
Con un bonus más te abrirán las puertas
Al entrar al recinto, me dicen
Lo esperaran todas en sillas a pierna cruzada
Y se reirán con burla y carcajada
Si así será señor no hay otra manera
Le dirán todo lo que al revés le contaron
Le dirán su pasado
Ya que el que piensa haber vivido
Es la cuenta regresiva de la mentira
Le lanzaran el vino sobre la corbata
Señor usted gano un viaje mas a la verdad
Cuando lance su última ficha
Reirán tanto, tanto
Luego lo sacaran con bailarinas y cotillón
Le brindaran fina champagne y de nuevo
Se burlaran de usted que siempre les dijo si
Usted que creía en el no hay problema
Por supuesto lo van a echar
Quedara con calzones de tercera sobre la acera
Y allí en ese instante
Redactara una bellísima lista negra u azul quizás
Tan cromática como la hipocresía
De la cual fue perro, amante y títere de recuerdo.
José Miguel Fernández
Pasado mañana
Los días modernos forman fila
Le hacen caso al timbre
Entran a los autos
Los días modernos no van a casa
Disfrutan la calle, no tienen educación
Salen de clase
Los días modernos ya no escuchan a Ludwig
Prefieren bailarlo, así se cuenta mejor
Cantan en silencio, le cantan al sol
Los días modernos son de a cuadros
No les gusta lo complejo
Los días antiguos ya no tienen canas
Conocieron el tinte, pintaron sus lágrimas
Los días del medio son callados
Pero hacen de los tres el mayor ruido
Ellos son amigos y nosotros
Sabemos regalarles espaldas, cremalleras rotas
Lagrimas
Pero ojo estas si son de agua
Los días modernos odian a los del medio
Los llaman ovejas, borregos
Los antiguos ya no quieren guiar a nadie
Los días del medio se fueron a casa
Los días abuelos extrañan a su madre la calma
A su padre el destierro
Sus tres hijos nunca se dan la mano
Nunca un abrazo
Su tia la luna los espero demasiado.
José Miguel Fernández
Le hacen caso al timbre
Entran a los autos
Los días modernos no van a casa
Disfrutan la calle, no tienen educación
Salen de clase
Los días modernos ya no escuchan a Ludwig
Prefieren bailarlo, así se cuenta mejor
Cantan en silencio, le cantan al sol
Los días modernos son de a cuadros
No les gusta lo complejo
Los días antiguos ya no tienen canas
Conocieron el tinte, pintaron sus lágrimas
Los días del medio son callados
Pero hacen de los tres el mayor ruido
Ellos son amigos y nosotros
Sabemos regalarles espaldas, cremalleras rotas
Lagrimas
Pero ojo estas si son de agua
Los días modernos odian a los del medio
Los llaman ovejas, borregos
Los antiguos ya no quieren guiar a nadie
Los días del medio se fueron a casa
Los días abuelos extrañan a su madre la calma
A su padre el destierro
Sus tres hijos nunca se dan la mano
Nunca un abrazo
Su tia la luna los espero demasiado.
José Miguel Fernández
Hogar
El hogar perfecto no tiene alfombras
No tiene mármol
No tiene microondas, no tiene esclavos
El hogar perfecto gime por las noches
Sonríe en la mañana y corre al mediodía
El hogar perfecto se burla de las horas
No escatima en oídos, no busca la apatía
El hogar perfecto se burla de las horas
Se baña de pintura y dice te quiero
De ves en mes se abraza a la luna
Mi hogar perfecto no cree en la nada
Pues cree en todo y toma las manzanas
Pocas, solo para incrementar el odio
Y entiéndase que no hablo de batalla
Hablo de negro por rosa
En el hogar perfecto simplemente bailan.
José Miguel Fernández
No tiene mármol
No tiene microondas, no tiene esclavos
El hogar perfecto gime por las noches
Sonríe en la mañana y corre al mediodía
El hogar perfecto se burla de las horas
No escatima en oídos, no busca la apatía
El hogar perfecto se burla de las horas
Se baña de pintura y dice te quiero
De ves en mes se abraza a la luna
Mi hogar perfecto no cree en la nada
Pues cree en todo y toma las manzanas
Pocas, solo para incrementar el odio
Y entiéndase que no hablo de batalla
Hablo de negro por rosa
En el hogar perfecto simplemente bailan.
José Miguel Fernández
lunes, 7 de junio de 2010
Mi último primer beso
Tomate el tiempo que quieras pero no te tomes mi té
róbale los pasos a la acera pero no te lleves mi fe
se que la esperanza es ajena y que no la volveré a ver
se que aunque mil canciones le escriba
es con su cuerpo la noche que ella a de ceder
Una ves le regale mi tesoro
Unas cuantas palabras y un dedo temeroso
Temeroso al delta de su labio, que baja por su cara
Que llega al mar y siempre respeta la orilla y el agua
Se que en esta playa no debía nadar
Que le robe el traje de baño al anciano
Que busque lo que no tenía que encontrar
No por que me fuera prohibido , solo por que esa noche
Ya había vencido mi pase , me debía retirar
Por terco me gane una bofetada, de esas que duelen tanto
Que nunca llegan a la cara
Que se mantienen distantes
Como toda una dama sabía que era mas delicado solo voltearse y llorar
Sabía que las lagrimas no lavan , que la quería abrazar
Que me quede con las ganas de aprenderla a amar
De ganarme su cara descansada
De abrazarla en mi almohada
De volverla a besar.
José Miguel Fernández
róbale los pasos a la acera pero no te lleves mi fe
se que la esperanza es ajena y que no la volveré a ver
se que aunque mil canciones le escriba
es con su cuerpo la noche que ella a de ceder
Una ves le regale mi tesoro
Unas cuantas palabras y un dedo temeroso
Temeroso al delta de su labio, que baja por su cara
Que llega al mar y siempre respeta la orilla y el agua
Se que en esta playa no debía nadar
Que le robe el traje de baño al anciano
Que busque lo que no tenía que encontrar
No por que me fuera prohibido , solo por que esa noche
Ya había vencido mi pase , me debía retirar
Por terco me gane una bofetada, de esas que duelen tanto
Que nunca llegan a la cara
Que se mantienen distantes
Como toda una dama sabía que era mas delicado solo voltearse y llorar
Sabía que las lagrimas no lavan , que la quería abrazar
Que me quede con las ganas de aprenderla a amar
De ganarme su cara descansada
De abrazarla en mi almohada
De volverla a besar.
José Miguel Fernández
Apuro o Calma
Tengo un compromiso inherente con el poema
tengo mi vida pero no alcanza
para solucionar su problema
tengo que tomarlo con apuro
tengo que comprarme la calma
José Miguel Fernández
tengo mi vida pero no alcanza
para solucionar su problema
tengo que tomarlo con apuro
tengo que comprarme la calma
José Miguel Fernández
domingo, 6 de junio de 2010
Protocolo igual Titulo
Una vez tome prestada una ventana
Algunos de gris en rostro
Afirmaban que ella observo al mar
Otras de igual escala, dijeron
Esta viene de las luces y el smoke
Lo único que yo podía saber
Es que en ésta habitaban recuerdos
Que no tenía tiempo para resolver
Necesitaba de urgencia una dosis
Mis manos temblaban, estaba calabresco
Mis ojos perdían su iris, el cabello no deseaba jugar
Mis piernas ya no pretendían escapar
Me hacía falta mi dosis
Ya no la extrañaba
Ya su rostro se había ido
Me quedaba la ventana, de ella
Conseguía las gotas para la jeringa
Le pedía a la enfermera varias al día
Es que el cuerpo y el alma no se hablan
Y yo estoy en la trinchera esperando entre los dos
Con la dosis retomaba la vida, saboreaba los rones
Tenía archivos de labios y cuellos
De perfumes y cachetadas
La dosis era cada día más grande
Hasta que la drene toda, la oscurecí y exprimí
Como a un pobre trapo de cocina
Le robe todos sus recuerdos
Es que en la trichera ni la vida ni la muerte
Te regalan un instante de los tuyos, ni una migaja
Ni un color, ni un nombre bello.
José Miguel Fernández
Algunos de gris en rostro
Afirmaban que ella observo al mar
Otras de igual escala, dijeron
Esta viene de las luces y el smoke
Lo único que yo podía saber
Es que en ésta habitaban recuerdos
Que no tenía tiempo para resolver
Necesitaba de urgencia una dosis
Mis manos temblaban, estaba calabresco
Mis ojos perdían su iris, el cabello no deseaba jugar
Mis piernas ya no pretendían escapar
Me hacía falta mi dosis
Ya no la extrañaba
Ya su rostro se había ido
Me quedaba la ventana, de ella
Conseguía las gotas para la jeringa
Le pedía a la enfermera varias al día
Es que el cuerpo y el alma no se hablan
Y yo estoy en la trinchera esperando entre los dos
Con la dosis retomaba la vida, saboreaba los rones
Tenía archivos de labios y cuellos
De perfumes y cachetadas
La dosis era cada día más grande
Hasta que la drene toda, la oscurecí y exprimí
Como a un pobre trapo de cocina
Le robe todos sus recuerdos
Es que en la trichera ni la vida ni la muerte
Te regalan un instante de los tuyos, ni una migaja
Ni un color, ni un nombre bello.
José Miguel Fernández
Lavate
Vamos lava tu cuerpo
La ducha esta abierta
El agua corre tu espalda
Rareza de ser gris
Existen algunas normativas
Nuestro cuerpo perfecto
Dígase al público demasiado
Deja que ella te abrace
El agua cae, no es manantial
Sólo cae de la tierra
Ya el cielo esta seco
En los bares poco hay jazz
La vida ya es nominal
Flaca no hay cosas nuevas
Muertas sí, así quizás
Ya no hay conceptos por ahí
Se los han robado y comido
Nada de ti se salva
La migaja no tiene veneno
Sólo para las perdices
Ya tú eres paloma
Hay mujer ya creciste
El lograrlo te logró dar el regalo
Ya eres gris y el pueblo te busca de blanco
No entienden
José Miguel Fernández
La ducha esta abierta
El agua corre tu espalda
Rareza de ser gris
Existen algunas normativas
Nuestro cuerpo perfecto
Dígase al público demasiado
Deja que ella te abrace
El agua cae, no es manantial
Sólo cae de la tierra
Ya el cielo esta seco
En los bares poco hay jazz
La vida ya es nominal
Flaca no hay cosas nuevas
Muertas sí, así quizás
Ya no hay conceptos por ahí
Se los han robado y comido
Nada de ti se salva
La migaja no tiene veneno
Sólo para las perdices
Ya tú eres paloma
Hay mujer ya creciste
El lograrlo te logró dar el regalo
Ya eres gris y el pueblo te busca de blanco
No entienden
José Miguel Fernández
Carta de Hoja Seca
Que deliciosa era sentirte rozar mi aliento, tenerte cerca, aunque así no se pudiera, juntos abrazarnos al aire, volar.
Aquel canto de silencio, un total esplendor junto a tu milonga de ángel acariciándome.
Esta carta, que no lleva un orden, no es de esas que buscan postal, y sobres tostados, es de cierto saludo; - ¿Cómo estarás a todas estas?
¿Habrás vuelto?, ¿habrás partido? Solo de ti conservo este pañuelo, teñido a tu sudor.
Que bellos eran tus ojos, ¿estarán cerrados?, quien sabe si aun correteas buscando sin buscar, o estas ahí sentada, alimentando tu ego junto a las palomas a esas que tanto envidias por volar.
Ya no me sigas llamando, no uses ese abrigo de otoño, lleno de un café mezquino (discúlpame por no saber prepararlo); yo que te escribo aquí, sentado lleno de tanta ciudad y tu tanta esfera, como he buscado entre miles otra que juegue tu papel, lamentablemente me han dicho que ya demolieron ese teatro, que los sillones quemados por tus cigarros se fueron, ¿y ahora que?
Será que te levantaste, que tu mano resguarda otra, no la mía, esta sigue sin calor.
¿Tu pelo, lo has cortado, sigue largo?, siempre me decías que el crecía, que era otro ser buscando piso para dar sus primeros pasos y seguir solo.
Pero no hay respuesta, ¿habrás leído las otras de exactas palabras?, pues no lo se, así como no se tu nombre, si es que usas abrigo o nadas, si tus pies saborean arena o se resguardan en unos tenis para tapar el frió y el cristal de las calles.
Así como ya sabes que te desconozco, conóceme y corre, las palomas saltan no te aborrecen, no grites por ellas grita por ti y búscate en el bolsillo de aquel saco, ahí donde guardas ese otoño que mantienes preso y que yo aun espero.
José Miguel Fernández
Aquel canto de silencio, un total esplendor junto a tu milonga de ángel acariciándome.
Esta carta, que no lleva un orden, no es de esas que buscan postal, y sobres tostados, es de cierto saludo; - ¿Cómo estarás a todas estas?
¿Habrás vuelto?, ¿habrás partido? Solo de ti conservo este pañuelo, teñido a tu sudor.
Que bellos eran tus ojos, ¿estarán cerrados?, quien sabe si aun correteas buscando sin buscar, o estas ahí sentada, alimentando tu ego junto a las palomas a esas que tanto envidias por volar.
Ya no me sigas llamando, no uses ese abrigo de otoño, lleno de un café mezquino (discúlpame por no saber prepararlo); yo que te escribo aquí, sentado lleno de tanta ciudad y tu tanta esfera, como he buscado entre miles otra que juegue tu papel, lamentablemente me han dicho que ya demolieron ese teatro, que los sillones quemados por tus cigarros se fueron, ¿y ahora que?
Será que te levantaste, que tu mano resguarda otra, no la mía, esta sigue sin calor.
¿Tu pelo, lo has cortado, sigue largo?, siempre me decías que el crecía, que era otro ser buscando piso para dar sus primeros pasos y seguir solo.
Pero no hay respuesta, ¿habrás leído las otras de exactas palabras?, pues no lo se, así como no se tu nombre, si es que usas abrigo o nadas, si tus pies saborean arena o se resguardan en unos tenis para tapar el frió y el cristal de las calles.
Así como ya sabes que te desconozco, conóceme y corre, las palomas saltan no te aborrecen, no grites por ellas grita por ti y búscate en el bolsillo de aquel saco, ahí donde guardas ese otoño que mantienes preso y que yo aun espero.
José Miguel Fernández
Su Señoría
Silencio en la sala
Su soberana señoría ha entrado
Todos de pie y ellos de rodillas quietos y callados
Nadie choca el aire
Pueden sentarse
La acera de seguro no esta limpia
No hablen se rompe todo
El cristal se usara para escribir
Dejen a la sangre salir
La muerte esta premiada, vacaciones en abril
No te muevas de rodilla a rodilla
Deja de hablarte y cierra esos ojos
Su señoría habla
La basura ya no huele a ella
De seguro la acera no esta limpia
¿Cómo es que le dicen?
No pregunte lea el letrero
¿Por qué no hacerlo?
Lea el letrero
Todos de pie ella se retira
Un saludo a su señoría
Nadie choca el aire
Ella es de hotel
Ya pueden fumar y jactarse
La palabra esta suelta
Ya la acera esta limpia
Y tu niña
¿Quién es tu señoría?
José Miguel Fernández
Su soberana señoría ha entrado
Todos de pie y ellos de rodillas quietos y callados
Nadie choca el aire
Pueden sentarse
La acera de seguro no esta limpia
No hablen se rompe todo
El cristal se usara para escribir
Dejen a la sangre salir
La muerte esta premiada, vacaciones en abril
No te muevas de rodilla a rodilla
Deja de hablarte y cierra esos ojos
Su señoría habla
La basura ya no huele a ella
De seguro la acera no esta limpia
¿Cómo es que le dicen?
No pregunte lea el letrero
¿Por qué no hacerlo?
Lea el letrero
Todos de pie ella se retira
Un saludo a su señoría
Nadie choca el aire
Ella es de hotel
Ya pueden fumar y jactarse
La palabra esta suelta
Ya la acera esta limpia
Y tu niña
¿Quién es tu señoría?
José Miguel Fernández
Joker
Escribir de esta manera es lo mas incorrecto que el papel debe soportar, a fin de cuentas la moralidad ya no le tiende la mano a la tinta.
Te cuento que de nuevo caí en tu trampa, siempre me tocabas la puerta y el pobre bufón se ponía la nariz roja y te abría con el acto hecho, servía té y hacia mil y un morisquetas para algo que realmente no se que es.
Supongo que la sonrisita, el pelo corto, las uñas perfectamente hechas y toda esa retahíla de modismos, nos ponen el mundo patas arriba, esto literalmente, en fin, tienes tanto talento, debería la academia considerarte para uno de esos premios de reconocimiento a una larga carrera, si una de esas baratijas de bronce con aspiración a repisa de gloria, no te quedaría nada mal.
El publico en el cual participo, digamos que enteramente soy yo, ya compro todas las cotufas y alquilo la pantalla, ese público es un total idiota.
Me vendiste el cupo completo, me mareaste como a nuestros viejos en esas tardes de agosto, donde pretendiendo comerse a la esfera, caen en las garras de vendedores de piscinas con etiqueta trasnacional, que les abren la boca con una botella que rare ves supera la pre adolescencia; si así me vendiste el paquete y lo compre todo, pase la tarjeta y ahora me llama el alma porque te debo intereses al doscientos por ciento.
En este caso fue sencillo, me contaste del viejo continente “que platica trillada”, pero sabes que me encanta, una mañana perfecta dentro de las tres o cuatro patadas, la falta de buen gusto en la radio y que no hicimos café u algo por el estilo. Me regalaste un botón con esos mensajes genéricos, sellados de fabrica, que enamoran por la mano que los entrega.
Finalmente me prometí que no escribiría sobre ti, me guardaría las ganas, casualmente siempre me dejas con el traje puesto y la reservación hecha, valla que no aprendo, menos mal que la comida fue decente y pasó la tarjeta.
José Miguel Fernández
Te cuento que de nuevo caí en tu trampa, siempre me tocabas la puerta y el pobre bufón se ponía la nariz roja y te abría con el acto hecho, servía té y hacia mil y un morisquetas para algo que realmente no se que es.
Supongo que la sonrisita, el pelo corto, las uñas perfectamente hechas y toda esa retahíla de modismos, nos ponen el mundo patas arriba, esto literalmente, en fin, tienes tanto talento, debería la academia considerarte para uno de esos premios de reconocimiento a una larga carrera, si una de esas baratijas de bronce con aspiración a repisa de gloria, no te quedaría nada mal.
El publico en el cual participo, digamos que enteramente soy yo, ya compro todas las cotufas y alquilo la pantalla, ese público es un total idiota.
Me vendiste el cupo completo, me mareaste como a nuestros viejos en esas tardes de agosto, donde pretendiendo comerse a la esfera, caen en las garras de vendedores de piscinas con etiqueta trasnacional, que les abren la boca con una botella que rare ves supera la pre adolescencia; si así me vendiste el paquete y lo compre todo, pase la tarjeta y ahora me llama el alma porque te debo intereses al doscientos por ciento.
En este caso fue sencillo, me contaste del viejo continente “que platica trillada”, pero sabes que me encanta, una mañana perfecta dentro de las tres o cuatro patadas, la falta de buen gusto en la radio y que no hicimos café u algo por el estilo. Me regalaste un botón con esos mensajes genéricos, sellados de fabrica, que enamoran por la mano que los entrega.
Finalmente me prometí que no escribiría sobre ti, me guardaría las ganas, casualmente siempre me dejas con el traje puesto y la reservación hecha, valla que no aprendo, menos mal que la comida fue decente y pasó la tarjeta.
José Miguel Fernández
Tinte para cabello
Ella decidió estar en su cabeza
Zafarle los tornillos
Comerse el corazón
Ella era su recuerdo
La que le pinto el cuerpo
De utopía y amor
El se resignaba al asiento trasero
Perdía el aliento de naufrago
Le invitaba un café a Dios
Todos cortaban las flores
No existían las fiestas para la tentación
Ellos gritaban por ebrios
Las calles gemían orgasmos y olor
Todo fue un refugio
La mascara y el velo tenía excusas
Detrás del buquet y el amor
Ya llegaron a sus ochenta y cinco
Cabellos blancos, pasajes y ron
Las luces son negras, reflejan las marcas
El extraña a Dios
Entonces llego la marea
Se vistió de seda, le dijo adiós
Destapo la botella, introdujo el mensaje
Los dedos en la arena le recuerdan al sol.
José Miguel Fernández
Zafarle los tornillos
Comerse el corazón
Ella era su recuerdo
La que le pinto el cuerpo
De utopía y amor
El se resignaba al asiento trasero
Perdía el aliento de naufrago
Le invitaba un café a Dios
Todos cortaban las flores
No existían las fiestas para la tentación
Ellos gritaban por ebrios
Las calles gemían orgasmos y olor
Todo fue un refugio
La mascara y el velo tenía excusas
Detrás del buquet y el amor
Ya llegaron a sus ochenta y cinco
Cabellos blancos, pasajes y ron
Las luces son negras, reflejan las marcas
El extraña a Dios
Entonces llego la marea
Se vistió de seda, le dijo adiós
Destapo la botella, introdujo el mensaje
Los dedos en la arena le recuerdan al sol.
José Miguel Fernández
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